El huracán Irene dejó al menos ocho muertos este sábado tras tocar tierra en Estados Unidos, reducido a categoría uno pero con vientos fuertes, y su borde llegó a Nueva York, convertida en ‘ciudad fantasma’ y con 370.000 evacuados.
Irene sumó cinco muertos en Carolina del Norte, dos en Virginia, incluido un niño, y otro en Florida, con lo que elevó a 13 el balance de víctimas fatales del ciclón tras su paso por el Caribe la semana pasada.
“El borde del huracán se encuentra finalmente sobre nosotros”, dijo el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, en una conferencia de prensa. “Ya no salgan a las calles, quédense en sus casa o en los refugios”, agregó el alcalde en español.
El alcalde ya había ordenado la evacuación inédita de 370.000 personas, el cierre de los aeropuertos, el metro y demás transportes públicos. “No es una broma, su vida podría estar en peligro (…). No esperen. Después será demasiado tarde. Es necesario partir de inmediato. Es una cuestión de vida o muerte”.
El ojo de Irene había tocado tierra en las costas de Carolina del Norte el sábado a las 08H00 locales con vientos máximos sostenidos de 140 km/h.
Casi 900.000 personas se encontraban sin electricidad en zonas costeras, de acuerdo con las compañías del sector, y unas 12.000 líneas de teléfonos se quedaron sin servicio por el huracán en Carolina del Norte y Virginia, según la Comisión Federal de Comunicaciones.
El presidente Barack Obama se mantenía al frente de las operaciones de emergencia en Washington, reunido con responsables del Centro Nacional de Coordinación de Emergencias (NRCC) instalado en el cuartel general de la FEMA (Agencia Federal de Rescate de Emergencia).
“Esto va a ser algo duro de pasar”, afirmó Obama durante una videoconferencia con altos funcionarios federales, incluido el vicepresidente Joe Biden y la secretaria de Seguridad Janet Napolitano, y con agencias del gobierno situadas en el rumbo previsto del ciclón, en la costa este.
“Van a ser unas largas 72 horas. Obviamente, muchas familias van a verse afectadas (…). La mayor preocupación que tengo ahora tiene que ver con las inundaciones y el suministro eléctrico”, añadió.
Irene se debilitó a categoría uno en la escala de cinco niveles Saffir-Simpson, pero sigue siendo una amenaza.
“Más de un millón de personas” fueron evacuadas de las costas de Nueva Jersey, al noreste de Estados Unidos, ante la amenaza del ciclón, informó el gobernador Chris Christie.
Varias compañías aéreas de todo el mundo anularon o retrasaron el sábado sus vuelos a la costa este de Estados Unidos, una medida que afectó los aeropuertos JFK, LaGuardia y Newark, y también de Miami (sureste). En total, más de 8.000 vuelos fueron cancelados.
Asustados por el drama del huracán Katrina en Nueva Orleans en 2005, las autoridades temen que Irene provoque daños por un monto de hasta 12.000 millones de dólares, según expertos.
Desde Carolina del Norte hasta Massachusetts, las autoridades decretaron el estado de emergencia.
La secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, urgió a los residentes de zonas amenazadas a evacuar rápidamente: “Esta es una gran tormenta que cubre un gran territorio. Prepárense”, advirtió.
En Washington, los habitantes se aprovisionaban de agua y generadores eléctricos en los supermercados.
Irene tiene un diámetro de 820 km, o sea cerca de un tercio del equivalente del total de la costa este estadounidense (2.675 km), según una estimación de la Nasa.
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