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Reconoce que el traslado de la unidad de Puente Alto hacia Santa Cruz le abrió la puerta a un talento que desconocía.
Fernando Ávila F.
Cinco años privado de libertad han sido tiempo suficiente para que Claudio Cornejo Barraza, renueve fuerzas y sepa qué es lo que quiere hacer de su vida cuando recobre la libertad.
El interno que por estos días está trabajando en el stand que Gendarmería de Chile tiene en la Medialuna Monumental, muestra con orgullo sus trabajos en talabartería, los mismos que según él le han devuelto las ganas de trabajar y de volver a tener una vida tranquila como la que tenía antes de cometer su primer delito a los 18 años.
“Tengo muchos proyectos y plata ahorrada. Quiero estar con mi familia, vivir tranquilo y seguir trabajando en lo que aprendí”, dice convencido. Cornejo quien trae una condena desde Santiago, y quien en un principio estuvo recluido en la unidad penal de Puente Alto y que hoy se encuentra cumpliendo su condena en el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Santa Cruz.
Manifiesta que al egresar del sistema penitenciario volverá a Santiago, pero que vendrá periódicamente porque ya se ha hecho una gran clientela en distintos lugares del país y sobre todo en el sur del país.
EL RANCAGUINO
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