Para este año se espera un esfuerzo público-privado para financiar la mejor arma contra la Lobesia botrana : los confusores sexuales que impiden la reproducción de este insecto.
Irene Padilla
Mayo es un mes clave para la campaña fitosanitaria del SAG contra la Lobesia botrana, más conocida como Polilla de la Vid, plaga que causa estragos en distintos frutales. Tras un disparo alarmante del número de insectos y de hectáreas afectadas por este insecto durante el 2013, el Ministerio de Agricultura, a través del SAG, implementó una agresiva campaña para lograr contener el avance de la Lobesia el año pasado. Para ello, en el caso específico de la Región de O'Higgins, se dobló el número de hectáreas incluidas en el programa fitosanitario, aumentándolas de 10 mil a 20 mil, a eso se sumó también un mayor número de instrumentos de monitoreo a nivel rural y urbano con la colocación de 8.200 trampas que capturaron las especies en cada uno de sus tres vuelos. Al mismo tiempo se implementó un aumento de las fiscalizaciones, un trabajo en conjunto con los productores en la calendarización de las aplicaciones de productos químicos, y especialmente la incorporación de los productores de arándanos y ciruelas quienes se vieron fuertemente afectados por la plaga en 2013.
Marcela Idalsoaga es la jefa del programa de Lobesia botrana del SAG en la Sexta Región. A la hora de los balances explica que en el ámbito comunicacional la campaña de la última temporada fue exitosa: “tuvimos un desafío no menor cuando integramos a los productores de ciruelos y de arándanos quienes no conocían el programa como los productores de vid, lo que nos jugó un poco en contra porque tuvimos que llegar a pequeños productores que a veces tienen problemas para acceder a la información, ya sea a las páginas web del Servicio o la información vía correo electrónico, ese tema costó un poco, pero finalmente pudimos integrar a estos dos hospederos nuevos”.
Sin embargo, la contención de la plaga, que era el objetivo principal del SAG para la última temporada en la Región de O'Higgins no se pudo lograr: “si uno habla en términos de capturas fue una temporada difícil, tuvimos un incremento de las poblaciones de lobesia botrana en el país que fueron bien importantes. Hubo un incremento de las capturas totales, no solo en la Región, en general es una situación tranversal a nivel país, con excepción quizás de la Región Metropolitana, ahí tuvimos un mayor control de la Lobesia para lo cual fue clave el uso de la confusión sexual”.
Idalsoaga detalla cómo es que el uso de confusores sexuales fue clave en la contención en predios de Santiago y también de la Sexta Región. “En la Región Metropolitana hubo matices porque ellos lograron un 'control' de las capturas porque usaron la confusión sexual, pero es una región con menos superficie que la nuestra, por lo tanto los confusores que instalaron pudieron contener la plaga. Si tú haces un análisis en relación a los huertos que implementaron esta técnica en O'Higgins los resultados de captura fueron súper buenos, en esos huertos bajamos un 98% de las capturas, no así en aquellos que usaron productos químicos, pero el problema es que esta no es una herramienta barata, y en O'Higgins tenemos que implementarla en muchas más hectáreas. El 2014 pudimos cubrir aquí 5.600 hectáreas de confusión sexual, solo un 10% de la superficie afectada”.
En este marco el Servicio Agrícola y Ganadero apostará este año sus fichas a la implementación de los confusores sexuales, una tecnología de alto costo ( al menos 400 dólares por hectárea) a través de un cofinanciamiento estatal. “Este tema ya está en conocimiento del sector privado y el lunes 25 de mayo tenemos una reunión entre el SAG y los representantes de los gremios donde debería quedar zanjado de manera más oficial. Es muy importante que se pueda implementar porque el principal pilar del control hasta la fecha ha sido con agroquímicos o insecticidas y si analizamos las cifras, no han dado una respuesta satisfactoria. Creemos que la solución por lo menos a mediano plazo, va por el uso de los confusores sexuales en términos primero de frenar la plaga y de intentar que por lo menos en algunas zonas se pueda retroceder”, sentencia Marcela Idalsoaga
UVANOVA : “NECESITAMOS QUE LOS PRODUCTORES DE VID VINIFERA ESTEN ALINEADOS CON EL PROGRAMA”
Martin Silva es director de Uvanova, comité creado el año pasado que reúne a los principales productores de uva de mesa del país. El profesional, asesor de decenas de productores de esta fruta en la Región de O'Higgins asegura que tenían amplias expectativas en el programa 2014, sin embargo sus resultados los dejaron preocupados. Silva explica que uno de los principales problemas es la falta de compromiso con el programa de los productores de uva destinada a la producción de vino. “Esta plaga llego al país a través de la vid vinífera, cuando llegó la plaga el problema más importante se registró en la vid vinífera. Las empresas viníferas en un principio se preocuparon del tema pero luego cuando empezó el programa del SAG dejaron de trabajar en los sistemas de control hasta el dia de hoy. Para que los programas contra Lobesia funcionen es necesario tener una ley pareja que obligue a todos los involucrados a implementar los sistemas de control, debemos estar todos alineados en un mismo sentido”.
Silva asegura que esta plaga, que afecta profundamente la venta de uva de mesa, arándanos y ciruelos en el exterior, debe tener mayores sistemas de control, sanción e inversión del Estado. El experto reconoce que los confusores sexuales son sumamente efectivos para enfrentar la Lobesia botrana pero que su alto costo es clave para que el Estado ponga de su parte. “No puede ser que se recaude más impuestos para algunos problemas, pero no para aquellos que afectan un sector clave de la economía como la agricultura que da trabajo a tanta gente. Los productores no pueden cubrir una inversión tan importante por eso necesitamos un cofinanciamiento para usar esta tecnología , en España se usa profusamente pero con una inversión fuerte por parte del Estado, si este cofinanciamiento se logra en Chile sería un gran paso”.
Por su parte Carolina Cruz, asesora del sector y parte del directorio de Uvanova se refirió específicamente al uso de productos químicos en el combate a la Lobesia botrana. Según la experta, la falta de efectividad de estos productos va más por un desconocimiento de su correcto uso. “Esto es un gran problema, campos que se suponían estaban controlados a través del uso de aplicaciones químicas quedaron fuera del mercado asiático este año por Lobesia botrana. Se necesita de manera urgente estudios más acabados de los productos, a veces una molécula puede cambiar sus efectos si se aplica en un día u otro, el control químico es efectivo, se usa en otros lugares como Europa pero no es algo fácil, es difícil ser preciso en su uso”.
Así también Cruz comparte con el SAG que los predios que usaron confusores sexuales pudieron atacar mejor la plaga, “dentro de los huertos que asesoro los que tenían esta tecnología no tenían problemas, no así los que usaron productos químicos donde si había problemas por la población de polillas, pero insisto esta es una plaga nueva, que la hemos ido conociendo en el camino, y que necesitamos que se estudie más”, sentencia la agrónoma.
CONFUSORES SEXUALES SON LA ESPERANZA
Parecen un simple alambre de color rojo enrollado en uno de los troncos de la planta o el parrón, pero esta tecnología que se ve sencilla podría ser clave al momento de que el país controle una de las más dañinas plagas de la historia.
¿Cómo funcionan? Los confusores sexuales emiten de manera controlada feromonas que son captadas por los machos de la Polilla de la Vid. Los machos se ven atraídos por estas hormonas, se sienten confundidos y vuelan sin rumbo, ello impide que puedan encontrar y fecundar a las hembras, disminuyendo automáticamente la población de estos insectos.
EL RANCAGUINO
0 comentarios:
Publicar un comentario