Tras el accidente que hace un año casi les cuesta la vida, los 33 mineros de Atacama han saltado a la fama y podido recorrer mundo, pero la tragedia no les ha traído mayor fortuna, confidenció a la Agencia Efe Pedro Cortés, el trabajador número 31 en ser rescatado.
Cortés fue el minero número 31 en emerger a la superficie. (Foto: UPI) |
"No tenemos dónde caernos muertos", sentenció Cortés, que reveló que pese al tiempo transcurrido se encuentra "todavía con problemas psicológicos, sin poder dormir, con deudas y sin trabajo".
Luego de la traumática experiencia de permanecer atrapados bajo tierra los mineros estuvieron en tratamiento psicológico, pero casi todos, incluido él, recibieron ya el alta médica, aunque eso no garantice su estabilidad emocional.
"Aún hay siete con licencia, pero si le hacen un examen psicológico a los 33, ninguno está bien de la cabeza, así que no sé qué alta le llaman... el problema en la mente y en el corazón todavía sigue", dijo Cortés, uno de los más jóvenes del grupo, con 26 años.
El trabajador explicó que en general rechaza dar entrevistas porque no le gusta el tratamiento que dan los medios de comunicación a "los 33", y especialmente le disgusta que piensen que se enriquecieron o digan que se están aprovechando del Estado por la millonaria demanda que interpusieron por presunta negligencia, debido a la falta de fiscalización al yacimiento San José.
"Los viajes son lo único bien que me han hecho, porque la unión familiar se perdió por el aspecto psicológico. Mis padres y mi hija no han tenido tratamiento, entonces todavía hay tensión, nos estresamos por cualquier cosa", explicó Cortés, que en el último año conoció Estados Unidos, Grecia, Inglaterra e Israel.
Sobre la relación con sus compañeros, que ha dado para especular con posibles roces y alejamientos, Cortés considera es "buena, igual como era antes. No éramos los mejores amigos, pero seguimos como compañeros. Somos 33 mentes diferentes, 33 maneras de pensar diferentes", indicó.
Cortés y sus compañeros se volverán a encontrar el viernes en una ceremonia ecuménica en Copiapó, en la que se recordará el primer aniversario del accidente que los dejó atrapados.
EFE
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