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Los padres expresaron su molestia por la demora en la entrega de obras de mejoramiento y una aparente falta de recursos básicos para el funcionamiento del plantel.
Juvenal Arancibia D.
Con carteles y avisos pegados en la fachada y accesos, amaneció este martes el Colegio Lo Miranda (F-70), ubicado en calle Pedro Aguirre Cerda cercana a la plaza de Lo Miranda. Los motivos, según el grupo de apoderados que optó por hacer una toma pacífica del establecimiento, eran claros: obras de mejoramiento atrasadas, promesas de reposición de material tecnológico incumplidas, condiciones de trabajo desfavorables para profesores y lo que fue el punto de inflexión para los padres, no contar con un lugar adecuado para los alumnos que reciben su colación y almuerzo.
Una molestia palpable se divisó en los apoderados, quienes tuvieron una ajetreada noche de reuniones con autoridades del municipio de Doñihue, el director del Departamento de Administración de Educación Municipal (DAEM) y personeros de la Superintendencia de Educación, donde aparentemente se habría logrado un principio de acuerdo para financiar el término de las obras atrasadas y la reposición de computadores que anteriormente habrían sido robados desde el establecimiento.
EL INICIO DEL PROBLEMA
Al consultar al alcalde de Doñihue, Boris Acuña, sobre la problemática vivida la Escuela F-70, el edil señaló que “esta es una inquietud que tuvieron los apoderados respecto con la construcción de una cocina/comedor que se está ampliando en el establecimiento, producto de un proyecto de mejoramiento presentado por el municipio ante el Gobierno Regional. Estas obras fueron tomadas por un contratista que debido a razones personales se vio atrasado en los plazos de entrega. Por otra parte, los recursos de este proyecto llegaron recién hoy -martes- en la mañana, por lo que conversamos con los apoderados para explicar el proceso de flujo de dinero desde la Subdere hacia el contratista, por lo tanto apenas tuvimos los recursos los liberamos inmediatamente” puntualizó Acuña.
Situación que concuerda con la versión de los apoderados quienes, obviando los evidentes atrasos en las obras comprometidas, ven amenazada la seguridad de sus hijos los que atienden diariamente al establecimiento, esto debido a que los escombros y herramientas utilizadas en la construcción quedaron tendidas en los espacios de juego de los alumnos. Sobre esta situación, el edil doñihuano confió en las bases del contrato convenido con el realizador de los trabajos, donde se explicitan los plazos y también las multas a las que se expondría, en caso de incumplimiento.
Respecto a la reposición de los computadores que fueron robados desde el establecimiento, Boris Acuña declaró “hay situaciones en nuestras escuelas que nosotros hemos tratado de regularizar, los que tienen que ver con los planes de compra exigidos a nuestros establecimientos educacionales, sin embargo, en una reunión realizada con anterioridad a la convenida en la madrugada del martes, anunciamos compromisos relacionados con insumos como papeles y tintas principalmente, lo que se han cumplido en su totalidad”. Acuña continuó “sobre los computadores, hemos recibido llamados desde la Seremi de Educación anunciando que en agosto recibiremos recursos para reforzar la compra de computadores, lo que responde a los robos de pc's que ha sufrido la Escuela F-70, y que pese a contar con seguros comprometidos, se han trabado las compras de equipos nuevos”. Enfatizó.
Al señalar a Acuña que apoderados de la F-70 alertaron sobre la llegada de 10 computadores usados al establecimiento, este enfatizó “nosotros estamos comprando equipamiento nuevo y eso tiene que quedar bastante claro, nosotros estamos comprando equipamiento nuevo y esos recursos los estamos comprometiendo a futuro, con los dineros que irían llegando”.
Finalmente, Orozimbo Villaroel, director del Colegio Lo Miranda (F-70) expresó que “ha sido una situación muy bochornosa y desde mi perspectiva, debido a la falta de comunicación de las autoridades locales, a la falta de coordinación y tal vez una falta de sensibilidad con el tema educacional, en el sentido de no reaccionar con la debida premura y celeridad a los requerimientos que el establecimiento solicita para implementar el curriculum, específicamente hablando del mejoramiento de los aprendizajes que se traducen en grandes ámbitos como liderazgo, convivencia, currículum y recursos, que deben explicitarse en cada uno de estos ámbitos, los que además deben asociarse a recursos económicos provenientes de la SEP. Villaroel también agregó que “pasó un semestre, donde nuestro establecimiento estuvo sin los insumos básicos para funcionar como papel y tinta para las impresoras, donde los proveedores nos pasaban a nosotros las facturas, en consecuencia de que los requerimientos ya habían sido levantados al departamento de Educación y este nunca respondió” puntualizó el director.
El Rancaguino
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