Si bien la Brigada de Homicidios dio un paso al costado en cuanto a una investigación criminal, queda la duda de la data de los restos y si estos podrían corresponder a un cementerio indígena.
Una sombría denuncia fue la que llegó hasta la unidad de Carabineros de Peralillo el pasado viernes, cuando Gabriel Jorquera aseguró que trabajadores agrícolas del fundo de su padre, encontraron restos óseos que a todas luces concordarían con osamentas humanas.
Ante la denuncia, Carabineros de la Tenencia de Peralillo concurrió al fundo de 5 hectáreas de propiedad de Enrique Jorquera, para comprobar en terreno la veracidad de la denuncia. Una vez en el lugar, efectivos policiales identificaron dos piezas oseas que corresponderían a un cráneo y lo que parecieran ser los restos de una extremidad, por este motivo se procedió a informar al fiscal de turno Néstor Gómez quien dispuso la concurrencia de peritos de la Brigada de Homicidios de Rancagua en el lugar.
Por su parte y luego de exhaustivos análisis a los restos encontrados, la Brigada de Homicidios de Rancagua estableció que la data de las osamentas superaba el periodo de prescripción (15 años) para un delito como por ejemplo, un supuesto homicidio calificado.
LA TESIS INDÍGENA
Por lo anterior es que se dejó en manos de Monumentos Nacionales el proceso de la identificación de la data de los restos, ya que no se descarta la hipótesis de que se trataría del hallazgo de un antiguo cementerio indígena.
De momento, el organismo está próximo a coordinar la visita de un arqueólogo al lugar para descartar o confirmar de manera definitiva que los restos encontrados correspondan a un túmulo funerario probablemente de los Promaucae, el que sería consistente con el lugar geográfico del hallazgo y el lugar donde esta etnia habitaba (Peralillo, Marchigue y Pichidegua).
Además desde Monumentos Nacionales se aseguró que en el predio donde se encontraron las osamentas, ya se habrían encontrado otros artefactos consistentes con la tesis del origen histórico de los restos, además de que los Promaucae escogían terrenos en altura y cercanos a corrientes de agua para realizar sus ritos funerarios, indicios reafirmarían aún más la hipótesis del organismo.
EL RANCAGUINO
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