Episodio habría ocurrido el viernes 15 de mayo, luego de que la funcionaria, Pamela Ahumada, visibilizara una serie de irregularidades dentro del espacio. Entre estos, acusa agresiones verbales contra otros empleados, mal uso de recursos, además de otros asuntos.
Marcela Catalán
“La cantidad de agresiones es demasiado alta, porque los funcionarios ven unidos a un grupo de médicos y a una enfermera, quienes cubren esta situación. Todos hacen vista gorda. Han llegado a encerrar gente en el box, maltratando de forma verbal. Esto ha llegado a tal límite, que las personas ya no quieren seguir viviendo”, indica Pamela Ahumada, la enfermera del Hospital de Graneros, cuyo testimonio circula a través de las redes sociales. Lo anterior, según acusa, luego de que las cosas se salieran de control el pasado viernes, día en que dice haber sido atacada con insultos y golpes.
En línea con la profesional, el episodio habría ocurrido el 15 de mayo a eso de las 7 de mañana. Esto, pues decidió pasar por su otrora puesto de trabajo para imprimir unos documentos que quería presentar en el Servicio de Salud O'Higgins (SSO). Y es que allí debía estar a las 8 de la mañana, para tratar su traslado hasta dicho organismo, de acuerdo con lo que más tarde le argumentaron, debido a los problemas que tenía en su empleo.
Según su relato, se dirigió al computador que utilizaba, momento en el que ingresó una facultativa del lugar. “Me dijo “y voh, ¿qué estay haciendo aquí?” Le respondí que estaba imprimiendo. Ella alegó que no podía encontrarme ahí. “Ya te sacamos de acá, ¿por qué sigues hueveando?”, me gritó. Después me dijo “quiero pasar”, abrió la puerta, la golpeó y agregó “quiero evidenciar que no vayas a sacar nada”. Se fue, y regresó con otros dos médicos”, indica Ahumada, en alusión a un hombre y una mujer.
En sus palabras, ambos se pusieron delante de su escrito, mientras la primera doctora la empujaba con el hombro. “Les dije que no estaba haciendo nada malo, porque aún no era notificada del traslado por escrito. Entonces, mientras imprimía y guardaba un email en mi pendrive, al ver que yo seguía sentada frente al computador, el médico sacó los cables, los tiró lejos y desconectó todo”, asegura la enfermera.
Ante dicho escenario, que siguió incluyendo frases violentas y forcejeos, Ahumada habría decidido grabar todo lo sucedido con su celular. Según su testimonio, esto último no habría caído en gracia del facultativo hombre, quien se fue contra ella y empezó a golpearla. Todo, en tanto las otras dos mujeres continuaban incriminándola.
“Me empujó contra un tabique de melamina, porque quería quitarme el teléfono y me pegó con su antebrazo. Fueron como tres veces, logrando sacarme el celular. Yo seguí forcejeando con él, ya que quería romperlo y tirarlo lejos, pero conseguí tomarlo. En eso entró una paramédico, quien se puso a llorar al verme. Me devolví para recuperar mi cartera y una carpeta donde tenía impreso el correo, me retuvieron entre los tres (facultativos) y comenzaron a agredirme en el hombro. Yo estaba en shock”, garantiza.
Minutos más tarde y luego de que le pidieran entregar unas llaves, no aceptando de inmediato las que les pasó, Ahumada se libró de la situación y subió a su auto, al que llegó escapando de los tres médicos.
Una vez en el Servicio de Salud de O´Higgins, ubicado a un costado del Hospital Regional de Rancagua, donde se habría reunido con la subdirectora de la institución. “Le pregunté por qué me había sacado del Hospital de Graneros y respondió que fue un acuerdo al que llegaron con los médicos”, aludiendo a una reunión pasada. “Dijo que era lo más razonable para que yo estuviera tranquila y que, por norma, era lo que se debía realizar. Le discutí que lo podría haber hecho cuando puse mi denuncia de acoso laboral, en abril de 2014. Además, en enero de 2013 le solicité cosas para el hospital y le comenté de los malos tratos de una enfermera hacia los funcionarios”, arguye.
“También agregué que me parecía extraña esta decisión, porque aún no terminaba la investigación del Departamento Jurídico. Desde mi percepción, ella me contestaba sólo para calmarme”, reclama.
En línea con Ahumada, más tarde constató las lesiones en el Hospital Regional de Rancagua y con posterioridad fue a la Fiscalía y a la Comisaría de Graneros, donde habrían tomado detenidos a dos de los médicos que protagonizaron las lesiones.
HISTORIAL DE IRREGULARIDADES
De acuerdo con Ahumada, el episodio del pasado viernes es consecuencia de una serie de situaciones irregulares que visibilizó dentro del Hospital de Graneros, ganándose el hostigamiento de otros. Una de éstas correspondería a la constatación de fallecimiento, medida que sólo podría ser encargada a facultativos. “Me mandaron a mí e incluso a mis paramédicos. Empecé a advertir que esto no podía ocurrir. Sin embargo, el director de ese entonces, el doctor Diego Soto, no hizo nada ni tomó respaldo alguno. Sólo decía que esto se realizaba en todos lados, aunque no es así”, sostiene.
También cuenta que en el marco de los programas de Postrados y de Alivio al Dolor, muchos pacientes no eran visitados por médicos. Esto sería particularmente preocupante para el segundo caso, pues argumenta que dichos enfermos debían ser atendidos por doctores si es que, antes de siete días, una enfermera no podía revisarlos.
“Recuerdo una persona que estaba con mucho dolor y en su última etapa, por lo que su familia se hallaba desesperada. Nunca pude conseguir que el director Hugo Pereira enviara un facultativo, por lo que los parientes debieron contratar a uno de modo particular. Ese doctor es subdirector del hospital. Lo mismo ocurre con la jefa del Programa de Postrados. Ambos hicieron atenciones privadas durante 2014, cobrando $30 mil”, acusa Ahumada.
La enfermera también denuncia que hubo dineros, destinados a determinadas directrices, los cuales fueron gastados con otros fines. “Me di cuenta de que en mis programas, estaban registrando facturas de otras cosas. Pero eso no se puede hacer. Está prohibido tomar dinero del Programa Cardiovascular, para comprar insumos para el recinto”, esgrime. La norma le fue ratificada por una asesora del SSO, quien le advirtió que debía regularizar ese aspecto con el director de su espacio de trabajo. “Como no me pescaban, mandé los informes al SSO. Luego de eso, empezaron a decir que yo generaba malas relaciones”.
Pero lo peor apuntaría a malos tratos contra practicantes y funcionarios varios, agresiones que igual afectarían a Ahumada y que vendrían de facultativos y de una colega suya. Sobre esta última, explica que “lleva años atacando psicológicamente, hostigando y acosando a diferentes empleados. Durante 2013 y 2014, yo recibí a mucha gente llorando. Ellos iban a pedirme ayuda y me contaban que ya no daban más. Hay internos de enfermería y alumnos del Aiep, quienes acusaban agresiones, porque se les perdía un apósito de colágeno o porque no podían manejar bien el suero. Las trataban de gordas, tontas o decían que eran simples paramédicos. Alcancé a recabar 15 o 20 cartas que hablan acerca de todo esto”, asegura.
En cuanto su caso, sostiene que en ocasiones era excluida de reuniones donde sí debía asistir. “Se me intentaba evaluar cualquier dificultad o error, aunque nunca pudieron, pues soy muy dedicada a mi labor y tengo recomendaciones de los asesores del SSO. Se me negaban las facturas de los Programas de Atención Primaria y se burlaban de mí. También había ataques verbales. La última ocurrió hace una semana, cuando el director Hugo Pereira me dijo “¡ven aquí!”, mientras chispeaba los dedos.
Contactado el Servicio de Salud O´Higgins ante esta denuncia, mediante su departamento de comunicaciones declinaron referirse al tema por encontrarse un sumario administrativo en curso.
“Hay maltratos en varios hospitales de la región”
Consultada sobre todas estas acusaciones, Modesta Sotomayor, presidenta regional de la Federación Nacional de Trabajadores de Salud (Fenats), indicó que efectivamente Ahumada puso una denuncia por acoso laboral, cuestión de la que también estaba al tanto la directiva anterior, que salió en marzo de este año. En sus palabras, ya en ese momento se ejecutaba una investigación sumaria al respecto. “Según los antecedentes que me dieron en el SSO, está por terminar”, comenta.
“La fenats base estaba al tanto de lo sucedido y ellos habían denunciado a la federación”, garantizó.
Además, la dirigenta cuenta que el martes 25 se encontrará con los dirigentes de Graneros, para ver el tema en extenso. Reglón seguido, ratifica que la enfermera fue citada para presentarse el 15 de mayo en el SSO. Esto, con el fin de ofrecerle un nuevo cargo.
“Yo no tengo antecedentes escritos del hecho del viernes, porque esto sucedió recién la semana pasada, pero sí creo en la funcionaria, quien nos llamó bastante afectada, y pienso que su acusación es verdadera. Por lo tanto, le pedí documentos en papel, de los cuales ella tendría muchos”, indica.
En cuanto a si maneja información acerca de todas las irregularidades expuestas por Ahumada, explica que si bien no tiene documentos que revelen tal situación, agrega que hay antecedentes “de un maltrato laboral en varios hospitales de la región”. En línea con Sotomayor, la problemática estaría siendo abordada con el director del SSO, Fernando Troncoso. “Se han dado temas de bastante calibre” advierte.
EL RANCAGUINO
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