Somos Climax Noticias /// LUNES 29 DE SEPTIEMBRE 2014 /// Microsoft lanza Xbox One en China tras 14 años de prohibición - Jennifer López sufre accidente automovilístico con conductor ebrio - Tras 17 años, Santa Cruz regresa a la Segunda División - Contrarios a instalación de CCU en Paine se reunirán con alcalde para conocer postura municipal - Selección chilena Sub 20 conoce a sus rivales para el Sudamericano de Uruguay - ENAP inicia acopio y traslado de residuos tras derrame en Quintero - Detienen a 5 comuneros tras manifestación en frontis de catedral de Santiago - Uno de cada 5 cajeros no operó con normalidad durante fiestas patrias según Sernac - Subsecretario de Hacienda detalló cuánto subirán cigarrillos y cervezas - CNTV dio a conocer los ganadores de los fondos concursables 2014 - U2 fijó su gira para 2015 y anunció más conciertos en interiores que exteriores - La popular "Mafalda" cumple 50 años de vida /// Climax Noticias CHILE

domingo, 3 de mayo de 2015

Médico rancagüino fue a colaborar en emergencia tras aluvión en el norte

El ex director del Hospital Regional Rancagua quedó impactado con la realidad que observó y escribió una bitácora de esos días, la que fue publicada en diversos medios.
Flor Vásquez Gómez

El médico Fernando Soto, quizás como muchos otros chilenos, quedó impactado y profundamente conmovido al ver las imágenes de la catástrofe en la región de Atacama, donde un aluvión destruyó todo a su paso y dejó pueblos y ciudades inundados. Más de 28 mil damnificados, 31 fallecidos y 42 desaparecidos son las cifras oficiales de la tragedia.
Sin embargo, el ex director del Hospital Regional Rancagua y actual médico de Clínica Isamédica no se quedó en la contemplación de las imágenes, sino que decidió ir a colaborar como voluntario. Lo destinaron al hospital regional de Copiapó y la realidad con que se encontró era mucho más grave de la que señalaban las informaciones oficiales. Por ello, con la valentía y honestidad que lo caracteriza escribió una bitácora de esos días, relatando lo que observó, la que fue publicada en Ciper Chile y otros medios. 
A poco más de un mes de la tragedia nortina. También cuenta sus impresiones y observaciones a El Rancagüino.

-¿Por qué decidió ir como voluntario al norte?
- Porque viendo las imágenes me pareció dramático lo que estaba ocurriendo y porque había graves problemas sanitarios y salud. Se comentaba que la situación del hospital era dramática. Por eso me decidí a participar como voluntario. Se dio la oportunidad de participar en un grupo que viajó en un avión de la Fach, también con el apoyo del Colegio Médico.
Sabía que iba a ser asignado al hospital regional de Copiapó. En la Clínica Isamedica me dieron permiso y facilidades; estuve allá del 14 al 21 de abril.

- ¿Cuál fue su primera impresión al llegar?
- Llegamos al aeropuerto de Atacama y de ahí nos trasladaron al Servicio de Salud, son unos 50 kilómetros. Antes de entrar a Copiapó ya se advertía el efecto del aluvión, el barro acumulado alrededor de las construcciones.
La ciudad de Copiapó estaba llena de barro, era posible circular por las calles pero no se veía el pavimento porque está cubierto de barro, en varios sectores las veredas prácticamente no existen, están cubiertas por el barro. Se veían algunos alcantarillados abiertos, otros con una pozas de líquidos de los colores más diversos, que se explica por el daño que se produjo en el sistema de alcantarillado, casi el 70 por ciento y que también afectó al hospital.
Se veía poca gente caminando, no todos con mascarilla. El barro líquido se había convertido en barro seco, al circular los vehículos se levanta una nube de polvo que contiene  sustancias que no están determinadas. Vi poca gente con mascarilla en las calles, poca gente con botas, poco  comercio funcionando.

SERIOS PROBLEMAS EN EL HOSPITAL
- ¿El hospital resultó muy afectado?
- El aluvión pasó justo por la zona céntrica de Copiapó, donde está también el hospital, el cual junto a una clínica privada son los únicos centros de salud asistenciales de Copiapó. La clínica no resultó afectada; el hospital recibió directamente el aluvión. De hecho, la cara principal del hospital enfrentó el aluvión de tal manera que entró agua y barro, resultando inundados los estacionamientos en el nivel menos 2, el nivel menos 1 y el primer piso. 
En el primer piso funcionaban Urgencias, los pabellones, esterilización. Los primeros días se produjo un caos, no había luz ni agua, no hubo comida ni para los hospitalizados ni para los funcionarios, quienes en acto de gran  valentía igual llegaron a trabajar. 
Además, el hospital quedó con el alcantarillado dañado, sin calderas y por lo tanto no hay agua caliente. Tampoco funcionan los ascensores, lo que es un problema en un edificio de 7 pisos, donde la maternidad está en el séptimo piso. Hasta hace pocos días las embarradas debían subir caminando hasta el piso séptimo. Las pacientes que se van a someter a cesáreas programadas son derivadas al hospital de Vallenar. Se habilitó un box de procedimientos dentales como pabellón para las urgencias. Aún así es caótico; al no funcionar los ascensores los pacientes que son operados de urgencia deben ser subidos por las escalas a la UCI que está en el quinto piso. Suben a los pacientes en tablas espinales, con ayuda de militares. Si hay que bajar a pacientes para hacerles por ejemplo un scanner, también hay que bajarlos por las escalas.

- En esas condiciones, ¿no sería mejor trasladar pacientes al hospital de Vallenar?
- Probablemente. Si uno analiza lo que ocurrió, la pérdida de los pabellones. el no funcionamiento de los ascensores, sin agua caliente, con pisos inundados …. era como para cerrarlo. Ha pasado un mes y persisten varios problemas.
El hospital de Vallenar está a 140 kilómetros, es nuevo, está operativo, tiene camas con bajo índice de ocupación.

- Y se debe limpiar bien el hospital de Copiapó.
- Es difícil limpiar con toda la circulación de personas. Todo el mundo sube y baja por las escalas, se lleva la ropa limpia y se baja la ropa sucia, la basura se baja por las mismas escalas. También los cadáveres son bajados en bolsas por las escalas. El heroísmo del personal es notable, pero si uno se sienta racional y fríamente a analizar el tema concluye que no corresponde a un tratamiento digno para las personas que ahí se están atendiendo.
Se ha hecho un gran esfuerzo para que el hospital quedara operativo, pero yo siento que las condiciones no se han logrado. Sin  ascensores, sin pabellones, con problemas de calderas. El piso menos 2 es un océano de agua y barro que creo demorarán meses en limpiar.

- ¿Cómo estaba el ánimo del personal de salud?
- Es muy especial. A pesar de los daños que han sufrido hacen el esfuerzo y van a trabajar. Conocí el caso de una enfermera que perdió todo, estaba en un albergue e igual iba al hospital a trabajar. Tengo una crítica constructiva: lo que uno echa de menos es la ausencia de organización frente a esta situación; se puede entender que  en los primeros días era una situación de guerra, pero no se entiende que a un mes se siga operando en el box de procedimientos dentales, que no haya un plan escrito, un diagrama de cómo proceder en el manejo de los pacientes.

- ¿Cree que se logró transmitir a los chilenos la gravedad de lo que ocurrió en el norte? 
- Claramente no hay conciencia de lo que allá ocurrió. Todavía hay muchas personas afectadas; el estadio recién remodelado está convertido en una laguna de agua y barro de galería a galería, es impresionante. No sé cómo se va a limpiar y retirar tanto barro, dónde se va  acumular ese material que obviamente está contaminado, es una mezcla de barro, relaves, residuos de alcantarillado, restos de casas. Hay que ubicarlo en una zona que no afecte a a población. Hay cúmulos de barro que dejaron cerca de zonas habitadas y cuyos habitantes ya se están quejando de malos olores y del riesgo de contaminación.

- ¿Qué lo motivó a escribir sobre lo que observó en Copiapó?
- Me impactó el nivel de desastre; no quise tomar fotografías porque me pareció morboso. Quise hacer una suerte de relato de lo que estaba viendo, tratando de ser objetivo, nunca antes había estado en Copiapó, me limité a describir lo que yo vi. En la semana que estuve observé que había un sentimiento de desesperanza en la gente. Se requiere de más ayuda. Las informaciones oficiales señalaban que la situación está relativamente estable, pero cuando uno está ahí se da cuenta que la realidad es distinta. Y  me pareció que no podía dejar de dar conocer lo que vi y lo que me contó la gente. Hay mucho que hacer todavía en el norte afectado por la catástrofe.

Extractos de la bitácora

“Conversando con los colegas -lo mismo se escucha del personal de la unidad- manifiestan repetidamente su agradecimiento por estar con ellos. Sin embargo, sienten que el país se está olvidando de la Tercera Región y con fuerza señalan que las noticias reflejan una panorámica que no es representativa de la realidad. Grandes sectores de la ciudad aún están sin agua, la circulación por las calles si bien es posible, resulta lenta y laboriosa, y por algunas zonas es aún imposible. El barro permanece por toneladas acumulado y lentamente una nube de polvo se extiende en la medida que se circula por la ciudad.
Sobre el mismo hospital dicen que no se dice la verdad, ya que no se informa de lo que ocurre con el primer piso, la Urgencia, los Pabellones, la odisea de las embarazadas que suben por la escala hasta el 7º piso, la falta de agua caliente”.

“Todos están cansados ya de subir y bajar escaleras, la movilización de los pacientes por esa vía es un caos y la solidaridad inicial para colaborar en dicha tarea se ha diluido y debió acudirse a los militares los cuales son convocados cada vez que se debe movilizar un paciente. Por esa misma razón, muchos exámenes solo se efectúan en casos de necesidad extrema y aún así, muchos pacientes no están en condiciones de bajar de la UCI para esos efectos.
Volviendo a los colegas, lo único que me piden es que cuente lo que he observado y que ayude a quitarle la venda al entorno sobre lo que les ocurre. Lamentan la poca solidaridad médica, incluso de regiones cercanas, lo que ha llevado a que colegas de otras zonas les digan que exageran y se quejan de más”.

“Es fundamental que se sepa que no está resuelto el problema, que no puede quitarse la urgencia al trabajo de apoyo a las personas y de remoción de barro, suciedad y escombros; que recuperar los servicios básicos es una tarea pendiente porque falta agua potable y porque el sistema de alcantarillado está colapsado (y brotan de las cámaras en forma periódica desechos orgánicos en las esquinas); que falta apoyo de maquinarias y cuadrillas de trabajadores y de uniformados para el trabajo de limpieza de la ciudad si se pretende que dentro de un año quede realmente resuelto el problema; que los enfermos requieren urgentemente que el hospital recupere su capacidad de pabellones y hospitalización, de uso de ascensores; que se recupere la Urgencia y la nueva Unidad de Pacientes Críticos que se inundaron; que se tome de una vez la decisión de dotar al hospital de una Unidad de Hemodinamia y pueda existir solución en la región a los problemas cardiovasculares….”

EL RANCAGUINO

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
Design by Free WordPress Themes | Bloggerized by Lasantha - Premium Blogger Themes | Press Release Distribution