Como ocurre habitualmente, Francisco Arenas Hernández salió de su casa en Pichilemu con rumbo a Topocalma, lugar distante a 30 kilómetros de la capital provincial; el objetivo, realizar uno de sus pasatiempos favoritos: la pesca. Para ello se ubicó en un tranquilo lugar donde proliferan las sardinas y las grandes bandadas de pájaros, lo que hace que sea el lugar perfecto para la estadía de una de las especies más cotizadas para la pesca deportiva y la gastronomía: la corvina.
Una vez en el lugar comenzó a esperar tranquilamente -una de las artes de este deporte- has que llegó el momento de atrapar una corvina. Pero sacarla no fue un juego fácil. Tras cerca de 40 minutos peleando para que el pez no se zafara, Francisco logró sacar con su caña una corvina de casi 22 kilogramos de peso, uno de los ejemplares más grandes extraídos desde las playas de Cardenal Caro.
“Realmente fue algo muy complicado sacarla. Luché por casi 40 minutos con ella, la verdad que nunca pensé en pescar una tan grande; primero fue una de 14 kilos y luego llegó está de más de 21 kilogramos, lo que para mí fue una tremenda alegría. Ahora nos estamos preparando para festejar acá en Pichilemu con la familia”, indicó el joven deportista pichilemino que le dará un buen final a la corvina gigante.
EL RANCAGUINO
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