El secretario general de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción (FEC), Recaredo Gálvez, se refirió -a través de una carta- a su detención en el marco de las movilizaciones estudiantiles. El dirigente que permanece detenido en la cárcel El Manzano de Concepción denunció una golpiza por parte de la policía uniformada y rechazó la acusación que existe en su contra (homicidio frustrado contra Carabineros).
El estudiante de Ciencia Política de dicha casa de estudios narra en su misiva: “Fui detenido luego de la marcha y duramente golpeado al interior del bus de carabineros, hasta perder la conciencia. Desperté, sentado y esposado y con burlas en mis oídos. No supe el motivo de mi detención, sino en la Comisaría, varias horas después”.
“Cuando estuve en el Hospital, el médico de guarda increpó a Carabineros por la gravedad de los golpes sufridos en mi cabeza. Él ordenó que se me hiciera escáner y toma de rayos X, todo ello esposado, por orden de los uniformados y acompañado por un subteniente de Carabineros. (Las esposas eran de propiedad suya). La preocupación de Carabineros se hizo evidente y trataron de sacarme rápidamente del Hospital. Un carabinero volvió acompañado de un médico distinto, sin identificación, quien se burló de la lucha estudiantil y dijo que lo mío no era nada y me recetó unos anti inflamatorios. Carabineros intentó que firmara una declaración del motivo de mi detención que se me indicó después de horas y en ese momento se me dijo que por atentado contra carabineros. No supe el resultado de mis exámenes”, agrega.
“Maltrecho como estaba se me hizo esperar largamente en la Comisaría y recién se me leyeron mis derechos. Se me preguntó recién de qué color era mi ropa, mientras un Carabinero iba diciendo las respuestas por teléfono y se me presionó para que declarara que usaba una capucha negra. Curiosamente en la posterior declaración del oficial que dice ser objeto de agresión por mi parte, dice textualmente lo que el Carabinero hablaba por teléfono en dicha ocasión”, puntualiza el dirigente.
En ese sentido, detalla que “se indica además, detalladamente, que lancé al oficial una bomba Molotov, lo que es enteramente falso, pues jamás lancé tal objeto. En mi mochila “aparecieron” dos botellas de néctar, pero que no contienen restos de nada. En mi mochila no encontraron nada, porque no había nada. En mis manos no hay restos de sustancias incendiarias, porque jamás transporté ni lancé nada. Si Carabineros mintió en un comienzo, ¿qué puedo esperar para el futuro de mi juicio?”
“Cómo no pensar que Carabineros decidió todo esto, es decir, mi caso, sobre la base de mis responsabilidades como dirigente universitario. Cómo no pensar en un ataque a los dirigentes identificados por ellos como los más entregados en pos del movimiento estudiantil. Cómo explicar la brutal golpiza a la que fui sometido y la sucia mentira que han organizado”, añade.
Concluye señalando que “Lo que han hecho no es más que una forma burda de ocultar la desmedida fuerza represiva que está utilizando Carabineros, respaldados por el Gobierno, en contra de todo el Pueblo de Chile. Y en este camino de la vergüenza policial han decidido que soy responsable de homicidio frustrado. Las falta de pruebas en mi contra les caerá como una piedra en sus caras y la justicia les dará el castigo que merecen por mentir y tenerme preso”.
Fuente: El Mostrador
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