Detectives de la Brigada Investigadora de Delitos Económicos de la PDI Rancagua detuvo la tarde de este miércoles a dos mujeres, que de acuerdo a las primeras diligencias policiales engañaban a sus clientes simulando, una de ellas ser abogada y la otra jueza de familia.
Las imputadas venían operando en la capital regional hacía un año aproximadamente y para ello utilizaban documentación falsificada. En la diligencia de la Bridec se estableció que las implicadas se desempeñaban en una oficina de un conocido edificio del centro de Rancagua. Durante este período las imputadas habrían engañado a varios clientes que contrataron sus servicios, obteniendo a cambio importantes sumas de dinero por los servicios. El supuesto trabajo consistía principalmente en redactar escritos en causas como divorcios, cambio de régimen conyugal y pensiones alimenticias.
Estos hechos fueron investigados por la unidad especializada en delitos económicos de la PDI .Los detectives recibieron varias denuncias de personas que habían sido afectadas al no obtener los resultados judiciales esperados. Para la comisión de los delitos, las imputadas utilizaban tarjetas de presentación donde se publicitaban como abogadas y documentos que simulaban ser del poder judicial, entre otros.
A raíz de ello, se inició una investigación bajo la coordinación del Ministerio Público, que finalizó la tarde de este miércoles con el allanamiento al domicilio de las acusadas, desde donde se incautó diversos elementos relacionados con querellas, un computador y recibos de dinero. Ambas fueron detenidas y puestas a disposición del Tribunal de Garantía por los delitos de estafa y otras defraudaciones, usurpación de atribuciones de empleados públicos y judiciales. En la audiencia de control realizada ayer, se decretó las medidas cautelares de arraigo nacional y prohibición de acercarse a las víctimas a la imputada iniciales N. S. C. de 28 años y arresto domiciliario total para R. Q. P. de 38. El plazo para el término de la investigación fue fijado en 60 días.
En la diligencia se estableció que una de las imputadas ya registraba una condena por un delito similar. Hace un año, la mujer habría estafado a su pareja diciendo que su madre había fallecido en el sur del país y necesitaba un millón de pesos. Luego la otra imputada hizo creer al hombre que su amiga había muerto producto de la tensión emocional y que por lo tanto necesitaba otro millón de pesos para que el cuerpo fuera cremado. En recuerdo el hombre recibió un ánfora. Pasó el tiempo y el afectado descubrió que todo había sido un engaño luego de encontrarse con ella en pleno centro de Rancagua, denunciándola de inmediato a los organismos policiales.
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