Cansado de los malos olores, la indiferencia de la autoridad regional y el miedo de los pobladores, el agricultor nancagüino Pablo Lapostol decidió llevar a Agrícola AASA ante la Justicia para detener las labores del plantel instalado a solo metros de su casa.
Es la hora del almuerzo y el olor de los purines de cerdo invade los sectores poblados de La Gloria, una pequeña localidad de Nancagua ubicada a orillas de la Ruta-90. La fetidez se impregna en la nariz de los visitantes, sin embargo, los tranquilos habitantes del lugar deben enfrentar este drama día a día y realizar sus labores como si nada pasara.
Envuelto en está hediondez que se pega en ropa, muebles y hasta los papeles, está Pablo Lapostol, agricultor, nacido en la zona y cuya casa está a pasos de la criadora de cerdos que posee en ese sector la empresa Agrícola AASA Ltda. “Aquí la gente tiene miedo a denunciar y al que se atreve la empresa le ha regalado chanchitos para que no reclamen. Pero yo estoy cansado del mal olor y de no poder hacer una vida normal”, explica sentado en su escritorio. Lapostol cuenta que hace 30 años la planta criadora de cerdos era una pequeña empresa que mantenía con suerte un centenar de animales. Pero hace más de una década cuando la compró AASA se convirtió en una mega planta, con casi 1.700 madres que acabaron con la apacible vida que tenían él y sus vecinos. “Nuestra calidad de vida es pésima, hacer un asado en el patio es algo totalmente olvidado para mi familia, no se puede es asqueroso. A eso se suma el tránsito constante de camiones que impiden la circulación libre. A veces los camiones se estacionan afuera de mi portón, yo vivo con mi madre y mi señora todos somos mayores ¿dígame usted en caso de emergencia qué hacemos?”.
Según el agricultor la “guinda de la torta” es el nuevo proyecto de la empresa, el que ya se comenzó a construir y que desde su punto de vista terminará por destruir las plantaciones de viñas y frutales aledañas. “En el formulan regar más de 400 hectáreas con purines procesados y en un informe de manera fraudulenta pusieron que agricultores y pequeños propietarios de la zona les cederán sus campos para que rieguen con estos purines. No le pidieron permiso a obras del municipio, no presentaron un Estudio de Impacto Ambiental, nada y ya lo tienen en ejecución”.
Lapostol nos invita a recorrer los predios adyacentes donde se notan las redes de tuberías de PVC ya instaladas para repartir el fertilizante en los campos cercanos. Lo que más asusta al empresario es que uno de estos conductos desemboca a pocos metros de la noria que posee la Junta de Agua Callejones de La Gloria. “Están en una zona llena de casas, y estos tubos llevaran los desechos a metros de la toma de agua subterránea con la cual se surten todas estas familias”.
El indignado agricultor asegura que presentó una denuncia en la Superintendencia de Medioambiente “pero me dieron una respuesta que es insólita, me respondieron por otra planta de la misma empresa que está cerca de Peumo. Un chiste”. Por eso decidió jugarse su última carta recurriendo a los Tribunales de Justicia. “Hay gente que me ha dicho que nos tomemos la carretera pero yo no estoy para eso, no por miedo sino porque creo que no es lo lógico que uno tenga que hacer eso para que las autoridades lo escuchen. Yo estoy pidiendo que la Corte paralice estos trabajos, ya no aguantamos más y creo que la Justicia me va a escuchar”.
En busca de mejorasAlejandro Gebauer es médico veterinario y Magíster en Medioambiente. Hace ocho años trabaja en Agrícola AASA y asegura que con su nuevo proyecto de modernización de la planta está intentando proteger a los vecinos de las moletas oleadas de mal olor. El profesional explica que el proyecto que supera los 250 mil dólares de inversión pretende arreglar el deficiente sistema de tratamiento de purines, que reconoce, hoy posee la empresa. “Actualmente La Gloria tiene piscinas de acumulación de purines o piscinas anaerobias abiertas, por lo tanto los gases con mal olor se expanden. La idea de la nueva planta es tener una mayor acumulación de purines, pero esta vez cubiertos y la implementación de un nuevo estanque que tratará 6.500 metros cúbicos de purín encapsulado, este sistema cerrado permitirá atrapar los gases que se trataran con una antorcha de quemado y como generadores de energía eléctrica para la planta”.
Gebauer explica que los productores de cerdos no son dados a modernizar los criaderos e invertir en medioambiente, sin embargo tras sus constantes presiones AASA accedió a reformar La Gloria. “Cuando llegué hace 8 años ni siquiera tenía alcantarillado con la altura suficiente para llegar a la planta de tratamiento, uno a uno tuvimos que hacer de nuevo el sistema de alcantarillado y ahora queremos mejorar el tratamiento de purines que hoy no es óptimo y ayudar a los vecinos, no solo evitando el mal olor sino también entregándoles fertilizante natural de forma gratuita”. Puntualiza Geabuer refiriéndose a la última fase del proyecto que contempla regar con los fertilizantes derivados del tratamiento del purín unas 400 hectáreas de campos aledaños.
El profesional dice que La Gloria se ha convertido en la planta más complicada para la empresa y estaría siendo la última en reformarse. Esto porque desde su punto de vista los vecinos no comprenden los beneficios que el proyecto trae para ellos. “La Gloria ha sido el sector que más me ha costado de todos los planteles porque el cuchicheo ha fluido muy fácil y eso ha dificultado la inversión. Porque la ciudadanía ocupa su derecho a expresarse, pero si se hace con ignorancia, es terrible.” Así también reconoce que jugó a ganador comenzando la renovación de la planta sin la Declaración de Impacto Ambiental(DIA), respectiva y que hoy les exige la autoridad.
La próxima semana Gebauer ingresará la DIA del proyecto al Servicio de Evaluación Ambiental, la que espera sea aprobada ya que si no se concreta prevé un futuro preocupante para la planta. “Que nos rechacen la Declaración es lejos lo peor para todos, incluidos los vecinos porque la planta seguirá operando tal y como está hasta hoy, y no hay peor situación que la actual”.
Yo trabajé en el criadero de La Gloria
Uno de los ex trabajadores del criadero de cerdos decidió dar su versión al respecto, sin dar su nombre ya que teme represalias. Contó a El Rancagüino que la situación actual de la planta es más grave de los que parece. “En esta empresa dicen tener todo en regla pero no es así. Primero dicen que tienen una planta de tratamientos para botar el excremento de los chanchos y es mentira ya que se va a un canal que pasa por la empresa, tienen un botadero especialmente acondicionado y nadie lo ve, es más, si cualquiera puede llegar al cruce de La Gloria y puede observar el excremento a orillas del canal, en este lugar es imposible permanecer parado un rato. Es cosa de ir en verano de noche tipo 23 horas y se puede ver que el agua sale con excrementos en el canal, un kilómetro más abajo está la Escuela Adriana Lyon y por ese lugar pasa el canal contaminado y ellos realizan labores de clases agrícolas y riegan con esas aguas pero no hablan porque les regalan cerdos faenados. En fin, son tantas las cosas que existen en esta empresa y nadie fiscaliza, todos saben esto y nadie dice nada, más aun la gente no reclama por los malos olores porque trabajan en la empresa”.
Irene Padilla A. Fotos: Héctor Vargas
El Rancaguino
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