Cinco mil hectáreas agrícolas y 800 hectáreas urbanas están siendo intervenidas para contrarrestar esta plaga que afecta la producción de uvas, ciruelas y arándanos.
Hasta el año pasado, la preocupación era altísima entre los exportadores de fruta del país debido al explosivo aumento de la lobesia botrana, plaga conocida comúnmente como “Polilla de la Vid”, donde este pequeño insecto, que originalmente atacaba los granos de uva, también se presentó en ciruelos y arándanos, mostrando la peor infestación en décadas.
Debido a este auge de la lobesia , que afecta la imagen internacional del país, el SAG puso en marcha un fuerte Plan Nacional de contención , el que concentrará sus esfuerzos especialmente en la Región de O'Higgins donde está más del tercio de la producción frutícola del país.
Según Gisel Monje, directora del Programa Nacional de Lobesia Botrana, quien visitó la Región durante esta semana, las medidas de control se han redoblado a lo largo de O'Higgins donde el SAG ya trabaja en cinco mil hectáreas agrícolas. “Estamos aumentando el nivel de vigilancia a través de trampas, que nos permiten calcular donde está la plaga y la intensidad de ésta. Para ello personal del SAG ha distribuido 8 mil trampas, el doble que el año pasado, que son instrumentos que se entregan a los productores de forma gratuita”.
Según la experta, además de las trampas, se están usando irruptores o confusores sexuales que evitan la reproducción de este insecto. “Un 25% de estos instrumentos están instalados en O'Higgins lo que no es menor a nivel nacional, los confusores son medidas de control de la reproducción que también abarcan los sectores urbanos que estén cercanos a los predios, para ello personal del SAG instala este instrumento en las casas, y hasta el momento cubrimos un total de 800 hectáreas urbanas”, detalla Monje.
El plan de control fue diseñado tras diversos estudios realizados por el Servicio Agrícola y Ganadero y se concentra en las provincias de Colchagua y Cachapoal, es por ello que Gisel Monje recorrió diversos predios de las zonas comprometidas para supervisar la correcta implementación de este plan de contingencia.
“Para esta temporada esperamos disminuir la población de lobesia botrana, la que lamentablemente fue al alza en los últimos años, queremos evitar que produzca daños especialmente a la fruticultura de exportación”, destaca Monje quien explica que el SAG no tiene una meta en cifras sino una expectativa cauta para controlar esta peste, “no hay una cifra especial, sino el objetivo de reimpulsar este plan con el cual estamos esperanzados pero seguimos siendo cautos. Cada equipo regional tiene que tener un trabajo mancomunado con los agricultores afectados y la comunidad para enfrentar en conjunto este problema y sacar la idea de que el único culpable es el SAG”, sentencia.
EL RANCAGUINO
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