Óscar Quezada Álvarez (52), condenado por delitos de drogas y robo, se arrancó desde el penal ubicado en La Gonzalina. Una vez conocido el hecho, se desplegó un servicio policial extraordinario para intentar dar con el prófugo que ya se había fugado el año 1994.
Carolina Pedreros D.
Durante las 17 y 19 horas del sábado 6 de septiembre, en la Cárcel de Rancagua, se efectuaban rutinarias visitas a los reos, instancia en la que se presume que uno de los prisioneros, Oscar Quezada Álvarez, se dio a la fuga. Una situación incierta, ya que se estimó la posibilidad de que el individuo se encontrara escondido dentro del mismo recinto penitenciario, ante la infructuosa búsqueda.
La situación fue confirmada por el coronel de gendarmería y jefe de la Unidad de la Cárcel de Rancagua, coronel Manuel Palacios, a las 13 horas del domingo 7 de septiembre, sin embargo, se aclaró que la ausencia de un reo no implicaba que necesariamente que estuviera fuera del penal. Ante la desaparición, Gendarmería inició un plan de contingencia para dar con el paradero del fugitivo de 52 años, que debía cumplir condena hasta el año 2036, e indagar sobre los medios que este utilizó para darse a la fuga.
Pasadas las 18 horas, Gendarmería confirmó que el reo se había dado a la fuga. “Nosotros realizamos un contingente completo en el establecimiento y logramos establecer que efectivamente el interno Oscar Quezada Álvarez se habría evadido. Lamentablemente no logramos establecer aún la vía por la cual se habría evadido el interno y lógicamente estamos, a través del departamento de investigación de Gendarmería, revisando los protocolos”, señaló Manuel Palacios.
De acuerdo a los antecedentes que entregó la institución, el sujeto fugitivo era de Santiago y se encontraba en los módulos de mediana peligrosidad, cumpliendo condena por los delitos de tráfico y robo. En 1994 Quezada protagonizó una evasión en la Penitenciaría (Santiago), fugándose a través de la basura. El año 2004 fue reintegrado a la cárcel por delitos de robo y tráfico de drogas. Por este motivo, lo primero que revisaron los gendarmes en su plan de contingencia fue la basura.
De la situación se dio cuenta al Ministerio Público, quien dispuso el inicio de un plan general para dar con el paradero del reo. Respecto a las hipótesis que se plantean, Palacios, señaló que “creemos que podría haber cambiado su aspecto físico, tenemos dudas respecto del tema de la visita, pero continuamos revisando los protocolos. No podemos dar a ciencia cierta una tesis completa, pero estamos investigando para saber cuál fue la real vía de escape de la persona”.
Cabe destacar que el suceso ocurre en el contexto de una semana marcada por cambios, como los del director de Gendarmería, quien fue reemplazado por el coronel Manuel Palacios, y un teniente que efectuó una golpiza a un interno antes de que este fuera a declarar.
EL RANCAGUINO
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