Se trata del sapito de pecho espinoso de La Parva. Hasta ahora, la literatura científica no consideraba que esta especie pudiera habitar allí. Es así como se ampliaría su descripción en el país.
Marcela Catalán
Durante tres días y con el fin indagar en la fauna del lugar, inspectores del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) se adentraron en el cajón cordillerano del Río Blanco, en el sector de Pangal de Machalí. En el marco de dichas labores es que constataron la presencia de diversos anfibios que no esperaban hallar, uno de los cuales es conocido como el sapito de pecho espinoso de La Parva. Es así como dieron con una hembra adulta y seis larvas suyas.
“Por sus características morfológicas y de hábitat, se atribuyen al Alsodes tumultuosus”, argumenta Diego Ramírez, coordinador regional de Vida Silvestre del SAG. Según detalla el profesional, el hallazgo fue realizado en terrenos pertenecientes a la División El Teniente de Codelco. Es decir, a 101 kilómetros de distancia, hacia el sur del sector descrito como localidad tipo de esta especie.
Hasta ahora, la literatura sobre el tema sólo había descrito este anfibio en los arroyos cordilleranos de La Parva y Farellones, en la Región Metropolitana. Por tanto, la intención del organismo gubernamental es extender su área de ubicación al cajón cordillerano del Río Blanco y a Sierras de Bellavista, en San Fernando. Lo anterior, pues en 2011 también lo encontraron allí (ver edición de El Rancagüino de noviembre de 2012).
“Este hallazgo nos permitirá proponer al Museo Nacional de Historia Natural, la ampliación del rango de distribución de esta especie al cordón cordillerano del Chile central, específicamente a las regiones Metropolitana y de O’Higgins”, explica Ramírez. Reglón seguido, precisa que esto les ayudará a dar cuenta de la necesidad de efectuar prospecciones e investigaciones sobre la fauna. El objetivo es definir en detalle dónde se ubican y su estado de conservación en el país.
En relación a la trascendencia del más reciente descubrimiento del SAG, el coordinador regional de Vida Silvestre agrega que el sapito de pecho espinoso “deberá ser considerada cuando se efectúen los estudios de impacto ambiental”. Esto, teniendo en cuenta “cualquier intervención antrópica que se desee ejecutar en las cuencas cordilleranas de nuestra región”. Además, añade que se deberán implementar las respectivas “medidas de mitigación” para preservar este anfibio “y sus micro hábitats”.
Lo que resta por descifrar y hacer
Respecto a qué preguntas restan por responder, a pesar de los últimos hallazgos del SAG, desde la institución explican que “no está claro el patrón de dispersión” del sapito de pecho espinoso. Lo mismo sucedería con “su relación geográfica con el proceso de especiación” -formación de nuevas especies-.
Además, afirman que se desconoce si La Parva o la cordillera de la Región de O'Higgins sería su origen de distribución y apuntan a que ambos lugares son muy diferentes. Esto, “en términos del hábitat que ofrecen” para el desarrollo de este anfibio.
“Probablemente no han existido movimientos de dispersión importantes de la especie en los últimos milenios. El hecho de no haber estado descrita para la Región de O’Higgins, sólo se debe a una falta de prospección e investigación sobre este taxa en la zona”, añaden.
Aparte, en el SAG sostienen que esta ampliación en su rango de distribución debiera conllevar que los comités científicos analicen si cambia o no de estado de conservación. Esto, pues hoy está considerado En Peligro Crítico por la IUCN (2004).
“Su área de distribución está fuertemente fragmentada por construcciones humanas y de deportes invernales, siendo las amenazas principales para su cuidado el turismo y la infraestructura asociada (Veloso y Núñez 2003), lo que se refiere sólo a lo ocurrido en la localidad tipo de La Parva, en la Región Metropolitana”, argumentan.
Dado este nuevo escenario para su localización, el SAG pretende que este anfibio cambie de nombre vernáculo. De ser así, el Alsodes tumultuosus pasaría de llamarse sapo de pecho espinoso de La Parva a sapo de aguas tumultuosas.
EL RANCAGUINO
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