En los actos delictuales los asaltantes han quebrado ventanas y roto todo lo que encuentran a su paso en búsqueda de elementos para reducir fácilmente. En otras oportunidades, han hecho un daño mayor, abriendo el tabernáculo y profanando el Santísimo Sacramento.
Gisella Abarca
El 2015 no ha sido un año muy fácil de comenzar para algunos párrocos de la Diócesis de Rancagua, y es que varios de ellos han sido asaltados en el respeto hacia los espacios sagrados con los que cuenta cada parroquia y del mismo modo las capillas que cada comunidad con tanto cariño cuidan.
Y es que a fines de enero, las capillas Santa María de Valvanera ubicada en la Villa San Joaquín y Nuestra Señora del Pilar de Villa Triana, de la parroquia Santa Gemita de Rancagua sufrieron robos y profanación.
Así lo informó el párroco de la Santa Gemita, Carlos Naranjo “el viernes 6 de febrero, la capilla de Villa Triana nos rompieron los vidrios y nos hicieron daños internos y al parecer alguien se cortó porque había sangre, nos mancharon los ornamentos litúrgicos, trataron de forzar las puertas de un salón, y nos robaron la amplificación”.
En la capilla Santa María de Valvanera- explicó el sacerdote- “el viernes 30 de enero nos robaron el tabernáculo con el Santísimo incluido y fue profanado. Lo raro es que ahí no nos robaron nada, fueron daños lo que hicieron, rompieron unos vidrios altos y forzaron las protecciones, por lo que en las dos oportunidades hicimos las denuncias correspondientes a Carabineros y la PDI, y ahí queda”.
No obstante explica el párroco Naranjo que si bien es primera vez que las capillas son violentadas, ya otras veces se llevó esta mala sorpresa ya que luego del terremoto del 27/f entraron a robar muchas veces al templo parroquial de la Santa Gemita.
Es aquí donde todavía se pregunta el sacerdote “Cómo saber qué buscan, qué piensan, porque son más los daños los provocan y poco es lo que roban, son actos vandálicos al parecer”.
Ya resignado con los asaltos y buscando la manera de reponer los objetos perdidos el presbítero sostuvo “Ahora vamos a hacer una campaña en ambos lugares para reponer lo que fue dañado, porque además nosotros estamos en plena campaña de reconstrucción de templo y tener que sacar recursos de una cosa para solventar estos imprevistos no es una ayuda, en virtud que nos cuesta mucho reunir recursos para la reconstrucción”.
Por lo que el padre finalizó diciendo “Hago un llamado al respeto, a los que piensan distinto, a la Iglesia que siempre ha tenido mucho que decir en términos de historia y que tenemos que respetar lo que es sagrado para otros”, finalizó.
“PROFANARON EL SANTÍSIMO SACRAMENTO”.
Este martes 10 de febrero cerca de las 22:00 horas desconocidos entraron la capilla San Juan Leonardi ubicada en la Población Manso de Velasco. “Aquí quebraron vidrios, rompieron mobiliario y destruyeron el lugar en busca de dinero y como no lo encontraron se desquitaron con la capilla y se llevaron un galón” sostuvo el padre Óscar Blanco, cura párroco de la parroquia Nuestra Señora del Carmen que este miércoles se despertó con la mala noticia que nuevamente una de las capillas que tiene a cargo había sido asaltada y por segunda vez.
Este asalto se suma al que le ocurrió el 27 de enero en la madrugada, en la tercera oportunidad que entraban a robar en la capillas San Benito, ubicada en la Población Rancagua Norte donde según relató el sacerdote, los sujetos habrían ocupado el mismo modus operandis “nos destrozaron ventanas, quebraron vidrios, ingresaron a la fuerza y como siempre dejaron todo dañado, destruyeron puertas, muebles, buscando plata seguramente, pero lo más grave fue que profanaron el Santísimo Sacramento; es decir, abrieron el tabernáculo y votaron las hostias consagradas. Eso fue el daño más grande, porque profanaron e hicieron actos de sacrilegio con la Eucaristía que para nosotros es lo más sagrado”, expuso el sacerdote aún preocupado por lo que había sucedido.
“En la capilla de San Benito se llevaron una mesa de amplificación que avaluamos en un millón de pesos. No hemos tenido robos de implementos litúrgicos, solo elementos que pueden reducir fácilmente en dinero como artefactos eléctricos, amplificación, focos de emergencia, mesas antiguas, y cosas así”.
No obstante en esta parroquia no sólo estas dos capillas han sido asaltadas, sostiene el sacerdote, ya que en el transcurso del 2014 también tuvieron robos en la capilla Sagrado Corazón en el sector de La Morarían, ubicada camino a Graneros.
Consultado si cuenta con algún sospechoso que haya hecho tales daños, el padre Blanco expuso “no sé si será una banda que se está dedicando a hacer estos daños. Nosotros hicimos las denuncias a la PDI, pero todo queda ahí, de ningún caso no hemos tenido ninguna respuesta, ninguna información al respecto”.
Ya resignado a la situación el sacerdote sostuvo “Las consecuencias están ahí y uno debe seguir trabajando para reponer lo robado para el servicio de la comunidad, porque nadie nos devuelve lo robado, ni lo destruido”.
El sacerdote hizo un llamado a evitar caer en delitos a comprar productos sin saber la procedencia “evitemos estas cosas, para que no promovamos los delitos que hacen daño no sólo en las Iglesias, sino en todo los ámbitos y asegurarse de dónde vienen esos productos, porque si uno las compra cometen un delito tal como el que lo robó”.
Monseñor Alejandro Goic:
“Es lamentable la violencia que se ejerce sobre las personas y los espacios sagrados”
El Obispo de Rancagua, Alejandro Goic se refiere a los robos y profanación que han sufrido templos de la diócesis, expresando “Es absolutamente lamentable la violencia que se ejerce sobre las personas y los espacios sagrados, como son los templos. Lo que más nos duele es siempre cuando se ejerce violencia física sobre los seres humanos, especialmente sobre los más débiles, pero también sobre los lugares sagrados. La capilla de San Benito ha sufrido ya tres veces asaltos nocturnos y la última vez, además de robar un equipo de amplificación se profanó el Sagrario, lo que nos duele profundamente”.
Agregó “Para nosotros los católicos en el Sagrario está la presencia sacramental de Jesús en las ostias consagradas; ellos abrieron el tabernáculo y arrojaron las ostias consagradas al suelo. Sin duda, esto a los creyentes nos provoca un profundo dolor porque se ha profanado lo más preciado de nuestro culto, que es la presencia de eucarística de Jesús en el pan de vida”, acotó el prelado. “Por eso que violentar un templo, profanarlo –como lamentablemente ha ocurrido con la capilla de San Benito y otros templos- es un sacrilegio muy grande”.
“El llamado es a que creemos conciencia, especialmente entre los niños y jóvenes, de que el templo es este espacio donde el hombre busca a Dios y Dios se manifiesta al ser humano para vivir la vida según los valores del Evangelio. Confiamos en Dios que estos episodios puedan terminarse, sin duda que habrá que dotar de mayor seguridad a los templos, pero a veces a pesar de la seguridad hay gente que los violenta indignamente”, finalizó Monseñor.
EL RANCAGUINO
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