La política de Salud Bucal del Ministerio de Salud está orientada a la prevención y promoción en la población, por ende, el trabajo que realizan los especialistas del área permite detectar casos que pueden ser resueltos dentro de la red asistencial. Así, la historia de la pequeña Catalina obtiene mayor sentido porque de un simple chequeo médico, su problema clínico pudo ser resuelto de forma definitiva.
La menor de 10 años asistió al consultorio del Hospital de Chimbarongo para atenderse con la Dra. Rosa Pavez. Tras un chequeo, la profesional observó una anomalía para lo cual solicitó una radiografía, cuyo resultado fue una sorpresa. “Tanto mi hija como yo nos preocupamos porque de un simple control apareció esto que a uno como madre la descoloca. La doctora nos dijo que era algo complicado, que debía ser intervenida quirúrgicamente por un dentista maxilofacial, para lo cual generó una orden al cirujano maxilofacial del Hospital San Fernando, con carácter de urgente. Eso me preocupó aún más”, señaló Andrea Vejar, madre de Catalina.
Finalmente la paciente llegó a manos del Dr. Rodrigo Cosmelli, dentista maxilofacial de cabecera del recinto asistencial de San Fernando. “La llevamos y el doctor la revisó. Me dijo que estuviera tranquila y me explicó que era un tumor para lo cual debía ser intervenida. Lo que me extrañaba era que Catita no presentaba molestias, ni dolor, ni nada. Sin embargo confiaba en las palabras del doctor quien me dio una orden para que la intervención fuera en este hospital ya que se contaba con todo lo necesario en el servicio de Pabellones”.
Tras la operación, inédita para el propio doctor, la pequeña “Catita” vive y disfruta una vida tranquila y plena. “Hace una vida normal, sale a andar en patines, juega con sus amigos, todo súper bien”, según su madre. Sin embargo, tiene claro que gracias a la intervención oportuna en el servicio dental del Hospital de Chimbarongo y todo el procedimiento clínico en San Fernando, quizás el resultado sería otro. “La red asistencial funcionó súper. Fui muy bien atendida en Chimbarongo y en San Fernando tanto por el doctor como por los funcionarios del servicio de Pediatría del hospital, solo tuvimos unos inconvenientes cuando vine con ella a uno de los controles posteriores a la operación. Pero quiero agradecer a todos los que me la atendieron, en especial al Dr. Cosmelli por el resultado de la operación que le realizó”.
“Cuando empezó todo esto, no sentía dolor, nada-dijo Catalina-. Cuando supe de esto, me puse muy nerviosa por la operación a pesar que fue la segunda, ya que antes me habían operado de las amígdalas”, señaló Catalina, hoy más tranquila tras su evolución favorable.
Dijo que el trato recibido en el hospital fue “muy bueno en ambas operaciones, incluso en la primera me dieron helado (ríe). Y luego de la operación de la mandíbula, me atendieron súper bien (en el servicio de Pediatría). Pero quien se portó un siete conmigo fue el doctor Cosmelli, a quien le agradezco un montón por todo lo que hizo”, aseveró la menor.
¿EN QUÉ CONSISTIÓ LA CIRUGÍA?
El fibro-odontoma ameloblástico (FOA) es un tumor odontogénico (se presentan exclusivamente en los maxilares), poco frecuente, que afecta a personas jóvenes -sin predilección por género- y usualmente se localiza en la zona posterior de la mandíbula. Clínicamente el paciente puede presentar retraso en la erupción dentaria acompañado de aumento de volumen “indoloro”, síntomas que tenía la pequeña Catalina.
“Fue una cirugía bien compleja, porque el riesgo de una fractura de mandíbula era bastante alto. Incluso dentro de las opciones terapéuticas era hacer una resección parcial (extirpación quirúrgica de una parte de un órgano), pero se optó por un procedimiento más conservador que consistió en un abordaje intraoral, retirando la pieza operatoria sin ningún problema y la verdad es que se rellenó la cavidad sin mayores inconvenientes. Catalina ha tenido una recuperación favorable, incluso sin fractura postoperatoria de la mandíbula por el tema alimenticio”, manifestó el cirujano maxilofacial del Hospital San Fernando.
A raíz de lo anterior, el facultativo destacó que el hospital cuenta con todos los implementos para poder desarrollar este tipo de cirugías, “con recursos tanto de laboratorio como de imagenología que nos permite realizar intervenciones mucho más seguras y predecibles”.
La tecnología utilizada, como la Tomografía Axial Computarizada (scanner), fue importante para la toma de decisión por parte del Dr. Cosmelli. “El equipo con que cuenta el establecimiento es de muy buena generación, con una resolución de imágenes de alta calidad, lo que nos permitió hacer una cirugía más segura”, concluyó.
Y dada la complejidad de la operación, el Dr. Cosmelli tomó la decisión más acertada. “Fue una cirugía que desde el punto de vista técnico, no permitía una óptima visualización, pero si permitía dejar a Catalina sin defectos estéticos, porque el hecho de hacer un intervención desde el cuello para acceder a este tipo de lesión, era riesgoso. Por eso, la opción que se tomó (abordaje intraoral) hizo que ella quedará sin secuelas, que es lo que uno busca como tratante”.
La patología que presentó la menor es muy poco frecuente. Según el profesional, “es bastante rara ubicarla y habitualmente se detectan a través de hallazgos radiográficos; en el caso de Catalina, el tamaño de la lesión era muy grande que abarcaba una buena parte de la mandíbula”.
Se sabe que este tipo de tumores se producen durante el desarrollo de las piezas dentarias, muchas de estas células pueden cambiar o mutar, generando estos “tumores” que son benignos, pero hay un porcentaje menor (alrededor de 0.5%) que pueden ser malignos. Por eso, este tipo de lesiones tienen un carácter de urgente para ser intervenidas, ya que de no haberlo hecho, pudiese haber generado a la larga variaciones en el tipo de células a un carácter de “maligno”, un aumento de tamaño paulatino en el tiempo ocasionando deformaciones a nivel facial.
EL RANCAGUINO
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