Durante la formalización se escucharon dos relatos distintos de lo sucedido: por una lado la fiscalía acusó una agresión homofóbica, y por el otro el agresor alegó defensa propia.
Atendiendo a una orden verbal de detención emanada desde el Tribunal de Garantía de Graneros, personal de la Brigada de Homicidios de la PDI Rancagua logró durante la noche del pasado lunes la detención del identificado como C.M.F. (22). Tras el arresto del principal inculpado en la agresión al joven homosexual Wladimir Sepúlveda, ocurrida el pasado domingo 20 de octubre en San Francisco de Mostazal, comenzó judicialmente la investigación.
La formalización comenzó a eso del mediodía de ayer. En la sala del Tribunal de Garantía de Graneros habían representantes de los principales medios de comunicación regionales y nacionales, además de familiares y representantes del Movilh. El acusado de 22 años estuvo representado por el abogado defensor Carlos Arriagada, más el jefe de la Defensoría Penal de Rancagua Roberto de los Reyes, y el Defensor Regional Alberto Ortega. Por otro lado, el Ministerio Público también llevó a su máxima autoridad, el Fiscal Regional Luis Toledo, quien acompañó al fiscal adjunto de Graneros, Jorge Mena.
La alocución del ente persecutor comenzó con la narración de los antecedentes. De acuerdo a lo indicado por el fiscal Mena, el hecho ocurrió a eso de las 5 de la madrugada de aquel domingo, cuando Sepúlveda -bajo los efectos del alcohol- se acercó a un grupo de seis personas para solicitar fuego. La petición habría tenido una respuesta negativa de mala forma, lo que motivó a los solicitantes a responderles “métete el encendedor en la raja”. Acto seguido, el ahora imputado que estaba con el grupo a las afuera del supermercado, le habría dicho “maricón conchetumare, te vamos a masacrar maricón culia'o”.
Después habría llegado el primer golpe en la cara, seguido de un intento de huida, la caída de Sepúlveda, y la pateadura en el suelo. Tras ello, y para terminar, la pelea terminó con la intervención de los amigos del agónico, quienes habrían golpeado en varias ocasiones al grupo del ahora imputado, incluso con palos que sacaron de pancartas electorales.
Con estos relatos recabados por las entrevistas a algunos testigos, más los informes policiales, y los informes médicos que señalaban la gravedad de las lesiones, el fiscal Mena formalizó cargos por lesiones graves gravísimas y solicitó la medida cautelar de prisión preventiva para el imputado, alegando que representa un peligro para la sociedad. Además, y para terminar, el fiscal Mena le informó al juez Pablo Aceituno que tomando en cuenta los fuertes epítetos de carácter homofóbicos, alegarían la agravante de condición sexual, lo que permitiría incluir la Ley Zamudio.
NO PARECÍA HOMOSEXUALTras el relato del persecutor, vino el turno de la defensa, que comenzó con la declaración del imputado. “Voy a relatar cómo empezó, de lo que recuerdo”, comenzó el joven de 22 años. Según el domiciliado en Rancagua -hace siete años se fue de Mostazal-, fue San Francisco a un pub para ver a unos grupos en vivo. Terminado el concierto se fueron en dirección a la casa de un amigo que iba en estado de ebriedad. Al pasar cerca del supermercado, a una cuadra de la plaza, Wladimir y otro joven le solicitaron fuego; el imputado le habría señalado que no tenía; seguido le pidieron una “moneda”; la respuesta fue que se fueran y no molestaran.
De acuerdo a lo señalado por el formalizado por agresión, ahí comenzó una riña que tuvo como primer golpe uno recibido por él mismo, y seguido por la respuesta. Después habrían intentado correr, porque les tiraban piedras. Pero el asunto se habría descontrolado cuando Wladimir habría tomado una botella, la habría quebrado en el suelo, y le habría propinado un corte en la mano de una de las dos mujeres -que tuvo que recibir puntos- y que estaba en el grupo de seis personas. Posteriormente fue una batalla campal, en que el imputador reconoció haber golpeado a Wladimir, al igual que a otras personas. “Nosotros no empezamos la pelea, fueron ellos; nosotros actuamos en defensa propia”, señaló.
Durante la alocución del investigado, este señaló que no conocía a Wladimir, que sí lo había visto antes, pero que no sabía que era homosexual y no le importaba; cabe destacar que según lo recabado por El Rancagüino, en el pueblo todos reconocían su condición sexual, principalmente por su apariencia. Además, el joven de 22 años señaló que cuando lo vio se percató que estaba bajo los efectos de drogas duras: “Wladimir estaba 'duro'”, señaló; también aseguró que una testigo le había señalado que horas antes Sepúlveda se había enfrascado en otra pelea, donde le habrían pegado un botellazo en la cabeza. Por último, y respecto a la consulta del Fiscal Regional, Luis Toledo, el imputado indicó que no sabía si había más personas que golpearon a Sepúlveda.
Con todos estos antecedentes el defensor Arraigada se opuso a la medida cautelar propuesta por el Ministerio Público, y solicitó una menos agravantes, principalmente porque su defendido no tenía antecedentes penales; además recordó que de acuerdo a lo recabado durante el testimonio del formalizado: “maricón es el que le pega a una mujer”.
RESOLUCIÓN
La formalización comenzó a eso del mediodía de ayer. En la sala del Tribunal de Garantía de Graneros habían representantes de los principales medios de comunicación regionales y nacionales, además de familiares y representantes del Movilh. El acusado de 22 años estuvo representado por el abogado defensor Carlos Arriagada, más el jefe de la Defensoría Penal de Rancagua Roberto de los Reyes, y el Defensor Regional Alberto Ortega. Por otro lado, el Ministerio Público también llevó a su máxima autoridad, el Fiscal Regional Luis Toledo, quien acompañó al fiscal adjunto de Graneros, Jorge Mena.
La alocución del ente persecutor comenzó con la narración de los antecedentes. De acuerdo a lo indicado por el fiscal Mena, el hecho ocurrió a eso de las 5 de la madrugada de aquel domingo, cuando Sepúlveda -bajo los efectos del alcohol- se acercó a un grupo de seis personas para solicitar fuego. La petición habría tenido una respuesta negativa de mala forma, lo que motivó a los solicitantes a responderles “métete el encendedor en la raja”. Acto seguido, el ahora imputado que estaba con el grupo a las afuera del supermercado, le habría dicho “maricón conchetumare, te vamos a masacrar maricón culia'o”.
Después habría llegado el primer golpe en la cara, seguido de un intento de huida, la caída de Sepúlveda, y la pateadura en el suelo. Tras ello, y para terminar, la pelea terminó con la intervención de los amigos del agónico, quienes habrían golpeado en varias ocasiones al grupo del ahora imputado, incluso con palos que sacaron de pancartas electorales.
Con estos relatos recabados por las entrevistas a algunos testigos, más los informes policiales, y los informes médicos que señalaban la gravedad de las lesiones, el fiscal Mena formalizó cargos por lesiones graves gravísimas y solicitó la medida cautelar de prisión preventiva para el imputado, alegando que representa un peligro para la sociedad. Además, y para terminar, el fiscal Mena le informó al juez Pablo Aceituno que tomando en cuenta los fuertes epítetos de carácter homofóbicos, alegarían la agravante de condición sexual, lo que permitiría incluir la Ley Zamudio.
NO PARECÍA HOMOSEXUALTras el relato del persecutor, vino el turno de la defensa, que comenzó con la declaración del imputado. “Voy a relatar cómo empezó, de lo que recuerdo”, comenzó el joven de 22 años. Según el domiciliado en Rancagua -hace siete años se fue de Mostazal-, fue San Francisco a un pub para ver a unos grupos en vivo. Terminado el concierto se fueron en dirección a la casa de un amigo que iba en estado de ebriedad. Al pasar cerca del supermercado, a una cuadra de la plaza, Wladimir y otro joven le solicitaron fuego; el imputado le habría señalado que no tenía; seguido le pidieron una “moneda”; la respuesta fue que se fueran y no molestaran.
De acuerdo a lo señalado por el formalizado por agresión, ahí comenzó una riña que tuvo como primer golpe uno recibido por él mismo, y seguido por la respuesta. Después habrían intentado correr, porque les tiraban piedras. Pero el asunto se habría descontrolado cuando Wladimir habría tomado una botella, la habría quebrado en el suelo, y le habría propinado un corte en la mano de una de las dos mujeres -que tuvo que recibir puntos- y que estaba en el grupo de seis personas. Posteriormente fue una batalla campal, en que el imputador reconoció haber golpeado a Wladimir, al igual que a otras personas. “Nosotros no empezamos la pelea, fueron ellos; nosotros actuamos en defensa propia”, señaló.
Durante la alocución del investigado, este señaló que no conocía a Wladimir, que sí lo había visto antes, pero que no sabía que era homosexual y no le importaba; cabe destacar que según lo recabado por El Rancagüino, en el pueblo todos reconocían su condición sexual, principalmente por su apariencia. Además, el joven de 22 años señaló que cuando lo vio se percató que estaba bajo los efectos de drogas duras: “Wladimir estaba 'duro'”, señaló; también aseguró que una testigo le había señalado que horas antes Sepúlveda se había enfrascado en otra pelea, donde le habrían pegado un botellazo en la cabeza. Por último, y respecto a la consulta del Fiscal Regional, Luis Toledo, el imputado indicó que no sabía si había más personas que golpearon a Sepúlveda.
Con todos estos antecedentes el defensor Arraigada se opuso a la medida cautelar propuesta por el Ministerio Público, y solicitó una menos agravantes, principalmente porque su defendido no tenía antecedentes penales; además recordó que de acuerdo a lo recabado durante el testimonio del formalizado: “maricón es el que le pega a una mujer”.
RESOLUCIÓN
Finalizada la intervención de ambas partes, el juez de Garantía de Graneros, Pablo Aceituno, comenzó a informar su resolución. El magistrado inició recordando que el Ministerio Público presentó sus antecedentes y que el acusado se hizo cargo de sus palabras en el testimonio.
El juez Aceituno señaló que cada vez que existe una riña, casi en la totalidad de los casos, hay epítetos relacionados a las madres y a las condiciones sexuales. Con esto, indicó que la pena por lesiones graves gravísimas -delito por el cual se investiga-, las penas van de 5 años y un día; pero como existe irreprochable conducta anterior, se debe rebajar un grado, por lo que no corresponde la máxima medida cautelar. Con esto aclarado, el magistrado decretó el arresto domiciliario total del imputado. El plazo de la investigación quedó fijado en 180 días.
Felipe Alvear Silva
El Rancaguino
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